¿Cuándo se debe hacer una auditoría?

Según la Ley de Sociedades de Capital, una sociedad está obligada a realizar una auditoría de sus cuentas anuales, cuando ésta cumpla una serie de requisitos que encontrarás en el siguiente enlace: Límites auditoría obligatoria

Sin embargo, no es necesario cumplir dichos requisitos para poder realizar una auditoría. Es una realidad que cada año se llevan a cabo un gran número de auditorías voluntarias a empresas que, a pesar de no cumplir los requisitos citados en Límites auditoría obligatoria, quieren sacar provecho de todo aquello que una auditoría de cuentas les puede aportar. Generalmente, cuando se habla de auditorías se piensa en empresas de gran tamaño, pero la realidad es que cualquier empresa puede ser auditada, sin importar su tamaño, y así beneficiarse del trabajo de un auditor.

Una auditoría voluntaria no difiere de una auditoría obligatoria en cuanto a criterios y procedimientos, ya que ambas están sujetas a la misma Ley de Auditoría de Cuentas. ni tampoco se refleja en el informe de auditoría esta condición de obligatoriedad o no. En ocasiones, las auditorías obligatorias tan solo sirven para cumplir con los requisitos legales de la empresa. En este caso, los principales interesados en los resultados de la auditoría son los usuarios externos o grupos de interés (accionistas o socios de la empresa, entidades bancarias, clientes, deudores, proveedores, acreedores, etc.) para valorar sus relaciones con la sociedad auditada. En cambio, en el caso de una auditoría voluntaria, el principal interesado en los resultados de la misma son los propios accionistas o socios de la empresa, con el objetivo de evaluar el desempeño de sus gestores y, de este modo, obtener propuestas de mejora de sus procedimientos internos que le proporcionarán una mejora de su imagen frente a terceros.

Someterse a una auditoría de cuentas, sea obligatoria o voluntaria, aporta una imagen de transparencia, profesionalidad, rigor y cumplimiento de la normativa hacia el entorno de la empresa (accionistas o socios de la empresa, entidades bancarias, clientes, deudores, proveedores, acreedores, etc.). Cabe destacar que la opinión de un profesional independiente acerca de las cuentas anuales proporciona una mayor seguridad en cuanto a la veracidad, la calidad y la fiabilidad de la información reflejada y desvanece posibles dudas acerca de la solvencia o la viabilidad de la empresa. En caso que la auditoría se supere de forma satisfactoria, el auditor emitirá un informe de auditoría favorable (opinión no modificada) para ratificar la validez de la información financiera presentada en las cuentas anuales. Un informe de auditoría favorable sitúa a la empresa en una posición óptima para solicitar financiación ante entidades bancarias o de crédito, entre otros escenarios posibles.

Tras muchos años de trayectoria profesional en el sector de la auditoría, hemos constatado que una empresa auditada (obligatoria o voluntariamente) tiene la posibilidad de implantar mejoras en sus procedimientos internos y en la aplicación de los criterios contables adecuados, según las recomendaciones que el auditor le pueda aconsejar en base al trabajo y las verificaciones realizados. Gracias a ello conseguirá minimizar posibles errores y prevenir el posible fraude. Al mismo tiempo, se favorece la toma de decisiones adecuadas por parte de la propiedad y la dirección de la empresa, dotándoles de indicadores financieros de máxima calidad, que resultan en un incremento de las posibilidades de crecimiento y desarrollo futuras de la sociedad empresa.

En conclusión, una auditoría voluntaria juega un papel clave proporcionando un valor añadido determinante para el éxito de la empresa. Constituye un elemento diferenciador y una ventaja competitiva para una empresa. Representa una garantía del trabajo bien hecho por parte de la empresa que contribuye a generar una mayor confianza ante terceros, a mejorar su funcionamiento interno y a incrementar su potencial de crecimiento y adaptación a un mercado en cambio constante, que no escapa a los efectos de la globalización y las nuevas tecnologías.

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